Por Juan Ignacio Sapia

Según el Informe del Estado del Medio Ambiente 2020, en Chile el 2018 se generaron un total de 19,6 millones de toneladas de residuos sólidos anuales. Esto significa que cada habitante produjo un promedio de 1,19 kilos de basura al día. Aproximadamente el 50% de estos residuos corresponde a residuos orgánicos que terminan en rellenos sanitarios.  

En este contexto, la lombricultura constituye una alternativa que permite manejar de forma más sostenible los residuos orgánicos sólidos y líquidos. Puede ser utilizado para distintos tipos de residuos, ya sea los provenientes de la agricultura, la agroindustria, como los residuos sólidos domiciliarios. En esta entrada de blog conocerás todo sobre la lombricultura, y cómo puede ser una oportunidad de producción de humus, además de una buena herramienta de reciclaje. 

 

¿En qué consiste la lombricultura? 

Se trata de una biotecnología que utiliza una lombriz domesticada como herramienta de trabajo. De esta manera, se recicla todo tipo de materia orgánica y se obtiene humus, carne y harina de lombriz. La lombriz utilizada es la roja californiana (Eisenia foetida), escogida por su alta productividad y tasa reproductiva. Estas lombrices digieren materia orgánica transformándola en sustancias orgánicas menos complejas. Estas sustancias generan un aporte físico, químico y biológico la tierra. Este proceso se denomina vermicompostaje o lombricompostaje. 

La lombriz californiana succiona la tierra y su organismo digiere de ella las partículas orgánicas en descomposición. En la superficie expulsa el producto de esa digestión. De esta manera se produce el humus, que convierte el terreno en uno mucho más fértil que el que pueda lograrse con los mejores fertilizantes artificiales. Sus excrementos contienen nitrógeno, fósforo, potasio y calcio, elementos fundamentales para el óptimo crecimiento de los vegetales. 

La materia orgánica es la fracción de los residuos que sirve como alimento para las lombrices. Por eso, una de las claves de la lombricultura es la separación de los restos de frutas, los restos de infusiones de hierbas o las cáscaras de huevo, entre otros residuos regánicos, para alimentar a las lombrices. La técnica de separación y reutilización de la materia orgánica ayuda además a disminuir la basura en vertederos y sus efectos contaminantes. 

 

Cómo iniciarse en la lombricultura: lombricomposteras y núcleos de lombrices 

El principal beneficio de la lombricultura es el humus, un abono natural de excelente calidad que puede ser utilizado para fertilizar todo tipo de vegetales. El humus presenta algunas ventajas en relación a otras formas de fertilización de la tierra. En primer lugar, se trata de un producto más sano y libre de agentes contaminantes o elementos químicos dañinos para la salud.  

Además, su producción es más barata que la compra de productos artificiales, por lo que permite ahorrar. El humus es especialmente útil en su uso doméstico porque evita el shock del transplante. Poniendo una pequeña cantidad de humus ayuda a crear las condiciones adecuadas para el trasplante, además de ayudar a evitar enfermedades fúngicas. 

El humus está mineralizado y estabilizado. Es un abono natural de color café oscuro, de granulometría fina. Tiene altos contenidos de nitrógeno, fósforo, potasio, calcio, magnesio y microelementos al menos 5 veces superior a las de un buen terreno fértil. El humus de lombriz es inodoro, no se pudre ni fermenta.  

Actualmente, en el mercado se pueden encontrar varias opciones para iniciarse en la lombricultura de forma doméstica. Un ejemplo de esto son los núcleos de lombrices que contiene un número determinado de lombrices. La idea del núcleo de lombrices es que el usuario pueda alimentar a las lombrices  a través de residuos orgánicos y hacer que ese número crezca, obteniendo como beneficio humus para la fertilización 

Para aquellos que no dispongan de un espacio en la tierra para criar a las lombrices, existen envases donde se puede hacer, llamados vermicomposteras, y no necesitan estar en contacto con la tierra. Por eso, resultan una muy buena solución doméstica para aquellos que no tengan jardín.  

 

Lombriz roja californiana: clave para la producción

Existen varias razones que convierten a la lombriz roja californiana en idónea para la lombricultura. En cada período de cópula, que ocurre cada 7 a 10 días, emergen de 2 a 21 lombrices, dependiendo de la alimentación y de los cuidados. Se trata de una especie muy prolífera, que madura sexualmente entre el segundo y tercer mes de vida. Esto permite que la población pueda duplicarse cada 45-60 días. Además, su longevidad está próxima a los 16 años. 

Por otro lado, esta especie de lombriz se alimenta con mucha voracidad. Consume todo tipo de desechos agropecuarios (estiércoles, residuos agrícolas), y también desechos orgánicos de la industria. Y es relevante también su naturaleza de domesticación. En muchos países del mundo se ha experimentado con ella, en diferentes condiciones de clima y altitud, logrando que las lombrices californianas vivieran en cautiverio sin fugarse de su lecho. Por último, esta especie de lombriz produce enormes cantidades de humus y de carne de lombriz por hectárea como ninguna otra actividad zootécnica lo logra. 

 

Lombricultura, una herramienta de desarrollo sostenible 

En Chile y en todo el mundo, la necesidad de desarrollo de tecnologías amigables con el ambiente refleja la llegada de modelos productivos alternativos. En este sentido, la lombricultura es una de las más cercanas y eficientes del mercado. Además, es aplicable tanto a nivel agrícola como doméstico, no solo para la producción de humus. Es una alternativa para reconvertir residuos orgánicos sólidos y líquidos en un producto útil, con valor agregado y en un marco productivo sustentable. 

De hecho, en Chile existen varios proyectos de desarrollo de la comunidad a través de la lombricultura. Un ejemplo fue el de formación en educación ambiental en la comuna de Renca, región Metropilitana de Santiago de Chile, enfocado en el manejo adecuado de los residuos orgánicos en base a los Objetivos de Desarrollo Sostenible establecidos por Naciones Unidas. 

En este sentido, un estudio del Instituto Pirenaico de Ecología demostró cómo el uso de lombrices en el suelo ayuda a reducir el impacto del cambio climático. En la investigación se estudió cómo la actividad de las lombrices contribuye a la liberación de nutrientes que reducen las emisiones de CO a la atmósfera.